Amor de padre

A toda costa quería ver a su hija, ya hacían 4 años sin poder verla. Se sentía frustrado, destruido, cansado. La única motivación que tenia para vivir era aquel ángel, aquel ser que inspiraba y mantenía un equilibrio armonioso en él.

Pero en la cárcel la cosa es difícil, el comer es un suplicio, que solo debes tener mucha hambre para motivarte a meter aquella cosa que dan por comida a la boca. El hedor de las habitaciones molesta como mil demonios. Ir al baño para orinar solamente es tan desagradable que intentaba aguantar lo que más que podía, y para qué hablar de lo otro. Los calores eran infernales y el trato con sus compañeros eran lo peor. “El que no sabe defenderse aquí no sobrevive pensaba” al terminar el día.

El 30 de abril seria un día histórico. Un día que cambiaría toda su vida, planeado ya de meses tenía el plan perfecto para irse de aquel lugar, y solo para estar con su pequeña amada. No iba a ser fácil, quizá algunas personas saldrían heridas, pero era necesario, ya no podía mas con la pena de estar lejos de aquella criatura. Aquella noche resulto todo de maravilla, pareciera que el destino le abrió las manos para que todo funcione, un guardia perdió la vida con el intento, pero no era nada que escapara de lo esperado.

Caminando en medio de la noche pensaba una y otra vez el momento cuando estuviese frente a ella, pensaba cada cosa que le diría, cuánto tiempo estaría sin soltarla, porque no quería dejarla nunca más.

Llegando a la casa el perro no lo reconoció, que importa- pensó, una sola patada lo callaría. Se acerco a la puerta tembloroso, sudoroso, sentía que su corazón saldría por su boca. Golpeo la puerta. Paso un tiempo y se prendieron las luces, su mujer abrió y al verlo quedo totalmente sorprendida, no salieron palabras de su boca. Él con fuerza levanto la mano y la dejo caer sobre su rostro, botándola al suelo inconsciente, estaba claro que hace un tiempo no se llevaban muy bien. Luego de tomarla, amarrarla y amordazarla la dejo en su habitación. Por fin podía ir a la habitación de su niña.

Se sentía torpe, demasiado emocionado. Se acerco a su habitación y tuvo que esperar unos minutos antes de entrar. Abrió la puerta lentamente y prendió la luz del velador, se sentó a su lado y comenzó a acariciar su cabello, era suave. La habitación tenía un olor maravilloso, unas lágrimas se dejaron salir de sus ojos. Veía que su niña no despertaba, pero no importaba era hermosa, él la tomo en sus brazos y comenzó a lloriquear como un niño. Fue imposible calcular realmente el tiempo que él permaneció abrazándola, pero fue bastante, luego se acostó junto a ella abrazándola fuertemente. Nunca en todo este tiempo había dormido tan bien. Sin miedo, sin frio ni calor, tan cómodo y reconfortante. Era todo una maravilla.

Despertó con un golpe en las costillas y unas voces que no conocía, aturdido se levanto abrazando una almohada, al percatarse que su niña no estaba se transformo en un monstruo, golpeo, pataleo, escupió. Exigía ver a su ángel, exigía que se le entregara a su amada, exigía que le devolvieran a lo único que tenía en su vida. Su señora que miraba esta escena lo miraba llorando moviendo la cabeza de lado a lado tapando su boca. Los policías lograron controlarlo y se lo llevaron al carro, él seguía exigiéndole a su señora que le entregara a su niña, ella solo atino a decirle “pero si tú te la llevaste, y para siempre”. Él callo automáticamente, bajo la cabeza y comenzó a llorar.

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