Se despertó sobresaltado, sudando y con la respiración agitada. Es que había soñado como unos jóvenes, que caminaban con carteles, se abrazaban fraternalmente con policías, y luego caminaban juntos entonando canciones infernales. Era primera vez que Sebastián no pudo reconciliar el sueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario