Pastor y cordero

Corderos y pastor. Ahí están todos reunidos. La vida del cordero se resume en la dirección que el pastor les da. El pasto que comen y el agua que beben es aquella que el pastor les enseña. Es el pasto y agua de siempre, pero al mismo tiempo para el cordero es pasto nuevo. Es pasto que muchos otros corderos comen. Pasto y agua al que cada vez le encuentran más sabor. Y sienten que todo tiene sentido. Tiene mucho sentido seguir al pastor. Tiene mucho sentido seguir hinchándose con esta agua y pasto. Tiene mucho sentido seguir al pastor, ya que es él quien sabe dónde está el pasto que engorda y satisface más, y el agua que quita la sed del viajar. Ahí se reúnen a comer. Se llenan hasta no poder. Después regurgitan para seguir masticando de mejor manera el pasto que han recibido e incluso con esto le encuentran aún más sabor. Ahí están. Se echan junto al pastor y balan canciones de cordero. Reposan con sus barrigas llenas. Se sienten felices de su vida y creen que todo su mundo está entre el pastor y el pasto que consumen. El pastor les da todo ¿Que dan a cambio? casi nada, de hecho no les importa. El pastor las trasquila. El pastor las ordeña. El pastor, solo a algunas pocas, las manosea y las folla. Pero no les importa, ya que es la voluntad de quien les daba todo, de su señor, de la conexión con el mundo que tan poco conocen pero tanto desean conocer. Es la conexión con el que todo lo conoce, era Él, el que conecta a los corderos con el Creador. Es el que de alguna manera mantenía el grupo de religiosos intacto.

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